Céline Dion, Fama y Tragedia (3/6)
julio 26, 2023De "pasada de moda" a leyenda viva: Céline Dion y Francia, una pasión tardía
Por Léna Lutaud
Publicado ayer a las 15:22
FAMA Y TRAGEDIA (3/6) - La cantante está muy unida a Francia, donde se la juzgó como "pasada de moda" durante mucho tiempo. Descubierta por su manager a los 13 años, la cantante no dejó los escenarios hasta marzo de 2020. Desde entonces, se ha retirado y el anuncio de su enfermedad ha desencadenado la preocupación. Hablamos de la espectacular carrera de la pequeña princesa que se lo dio todo al espectáculo.
En Montmartre, la tumba de este hombre está cerca de las de Dalida y France Gall. Para una escribió Le Temps Des Fleurs; para la otra, L'Amérique. Edmon David Bacri, conocido como Eddy Marnay (1920-2003), uno de los autores franceses más grandes del siglo XX, responsable de Je Vais à Rio, Mille Colombes, Ivan, Boris et Moi, es el gran olvidado en la leyenda de Céline Dion. "Con todos sus éxitos como Encore Un Soir o Pour Que Tu M'aimes Encore, la consideramos como si fuera francesa. Céline es parte de nuestro patrimonio. Y tenemos la impresión de que nació gracias a Jean-Jacques Goldman, pero en absoluto. Sin Eddy Marnay, su guía desde los 13 hasta los 20 años, nunca habría tenido esta carrera en nuestro país ni tampoco en Estados Unidos," indica Jean-Pierre Pasqualini, director artístico de Melody TV. Paradójicamente, Francia es hoy un micro-mercado para ella. Pero, gracias a Eddy Marnay, está muy unida a su repertorio francés."
René Angélil y Céline están eternamente agradecidos a este hombre discreto. A finales de 2002, cuando la cantante preparaba su primera residencia en Las Vegas, "vinieron dos veces a París para despedirse de Eddy Marnay en el hospital. Llamaron por teléfono hasta el final y se lo hice saber a Eddy", recuerda su pareja Mia Dumont. En 2010, la pareja bautizó a sus gemelos en homenaje a los hombres más importantes de sus vidas: Eddy (Marnay) y Nelson (Mandela). Seis años después, el funeral de René comenzó al son de Trois Heures Vingt, un título obra de Eddy Marnay. Mia Dumont pasó cuatro décadas a la sombra de la pareja. "Les llevé la comunicación, también trabajé como organizadora de su boda y de los bautizos. Escribí los programas de los shows en Las Vegas, pero mi mayor orgullo es haber sugerido la creación de los archivos de la carrera de Céline. Quise hacer ese trabajo también por la memoria de Eddy."
En esos documentos, Eddy Marnay cuenta que en 1981 escribió para Ginette Reno, la Édith Piaf de Quebec, cuyo manager era... René. El álbum nunca llegó a grabarse ya que, mientras Eddy llegaba a Montreal, René dejó de trabajar para la cantante y Eddy quiso tener un buen gesto con él. "Me puso la cinta de una niña que cantaba increíblemente bien", recuerda el autor. Escribir para mujeres como Nana Mouskouri y Marie Laforêt es una cosa. Hacer hablar a una niña de 13 años de sus emociones no es tan fácil. Afortunadamente, Eddy Marnay conocía el repertorio joven, pues había adaptado las películas de animación de Disney. Busca Lo Más Vital, cantada por Baloo en El Libro De La Selva, fue adaptada por él al francés. En Francia hizo mucho más que escribir sus cinco primeros discos, incluidos los éxitos D'amour ou D'amitié y Mon Ami M'a Quittée. "Cuando vi My Fair Lady me emocioné," confiesa Mia Dumont. "Céline tiene la elegancia de Audrey Hepburn, y su compañero es una mezcla entre Eddy y René."
Eddy Marnay la ubica en una discográfica, constituye un equipo a su alrededor, la presenta en el MIDEM ante profesionales del mundo entero, convence a Michel Drucker de que la reciba en Champs-Élysées y la inscribe en Eurovisión como representante de Suiza. "Era raro, ni siquiera había estado nunca en el país", confesaba Céline a la revista Platine.
"Acostumbrada a una imagen infantil, la artista sorprendió al mundo con un look más fresco y juvenil, al estilo de Vanessa Paradis." - Jean-Pierre Pasqualini, director artístico de Melody TV.
"Céline dio un pelotazo en nuestro país entre 1982 y 1984. Después, sus ventas se hundieron. Se centró en Quebec y Francia quedó un poco de lado," recuerda Jean-Pierre Pasqualini. "Empezaban las FM, con NRJ a la cabeza, y ella no era ni de lejos la favorita. Recordaba a Mireille Mathieu, otra famosa cantante nacida en una familia numerosa con quien Marnay también había trabajado. Además, no era nada mona, estaba muy acomplejada por una dentadura terrible. Acostumbrada a una imagen infantil, Céline sorprendió al mundo con un look más fresco y juvenil, al estilo de Vanessa Paradis." Cantar La Religieuse, de Didier Barbelivien, cuando en la radio sonaba Étienne de Guesch Patti, no le interesaba a nadie. "Fue un exitazo cuando tenía 14 años, pero después tuve que trabajar mucho para repetir el éxito", decía ella en 1994 a Platine. En 1987, "Luc Plamondon le propuso el papel de Marie-Jeanne en Starmania en el Teatro de París, pero René quería lanzar a Céline en Estados Unidos", recuerda el productor Gilbert Coullier. Su victoria en Eurovisión en 1988 con Ne Partez Pas Sans Moi ayudó a convencer al público americano, pero no cambió en absoluto su imagen en Francia.
El Olympia, un punto de inflexión
La desesperada discográfica parisina le asigna a Dominique Segall, el gran comunicador del séptimo arte. "Era horrible, ningún medio estaba interesado en una cantante como ella. Ni siquiera a Drucker le parecía ya tan excepcional", recuerda uno de los que entonces gestionaban su carrera en Francia en la época. Cuando venía a París, se hospedaba en los hoteles más económicos. Venía de lo más alto en Estados Unidos con Where Does My Heart Beat Now y estaba acostumbrada a auténticos palacios. A la mañana siguiente, René y ella habían desaparecido. En mitad de la noche se cambiaron al Intercontinental. Se cogieron dos habitaciones comunicadas, pues su amor era todavía un secreto." Cuatro meses más tarde, su versión de Ziggy era número dos en el Top 50. "¡Todo volvió a empezar gracias a esa canción! Entonces hicimos un Jacques Martin, dos Drucker, un Patrick Sébastien", cuenta el comunicador. En octubre de 1993, René pidió a Gilbert Couiller reservar tres noches en el Olympia. "Las entradas se agotaron, pero ella seguía sin estar de actualidad musical," recuerda el productor. "Mi esposa Nicole invitó a grandes personalidades para dar mejor imagen, pero sólo vinieron Michel Drucker y Monique Le Marcis, directora de la programación musical de RTL." Jean-Pierre Pasqualini recuerda: "Sentado junto a mí, Eddy Marnay se pasó el concierto esperando escuchar sus canciones pero Céline sólo cantó una. Le costó encajarlo pero, a sus 25 años, Céline no podía seguir cantando aquel repertorio inicial." Entre bastidores, la cantante saludaba por sus nombres a los periodistas presentes como le había enseñado René, siempre cogida del brazo del letrista septuagenario. Ya era una estrella mundial, pero Eddy Marnay era el único hombre que la intimidaba. "Con sesenta años de diferencia, he trabajado para Maurice Chevalier y Céline Dion, los dos únicos cantantes que consiguieron convertirse en estrellas en Estados Unidos. Tengo la vertiginosa sensación de haber vivido un siglo de canciones", decía él.
Los conciertos en el Olympia fueron un punto de inflexión. Virginie Auclair, responsable artística de Sony Francia, aprovechó la presencia de Céline en París para presentarle a Jean-Jacques Goldman. En 1995, con el lanzamiento del álbum D'eux y de la canción Pour Que Tu M'aimes Encore, la artista hizo explotar el mercado francés.
Los dos Stades de France en 1999, la consagración
Tras S'il Suffisait D'aimer en 1998, Jean-Jacques Goldman confió a Céline a su amigo Jacques Veneruso, que le escribió Sous Le Vent y Parler à mon Père. "Cuando grabamos el álbum 1 Fille & 4 Types, con Jean-Jacques Goldman, en Las Vegas, estaban sometidos a una presión enorme. Les aportamos el lado más francés a un sonido acústico", cuenta Jacques Veneruso. Todos los que han trabajado con ella en Francia, como Alexandre Barbera, que grabó todos sus programas de televisión desde 2012, describen "a una artista extremadamente profesional y educada, a la que se le puede pedir cualquier cosa incluso a última hora".
Zénith, Bercy... Durante veinte años, Gilbert Coullier produjo todos los conciertos de la cantante en Francia. La consagración fueron sus dos conciertos en el Stade de France en 1999. Tras la desaparición de René en 2016, sus conciertos en Francia siempre pasan por el gigante americano AEG. Céline actuó por última vez en el país en 2017. Para unos se puso de moda después de la muerte de René. Para otros, después de Jean-Jacques Goldman y Vegas. En "Quotidien", programa de Yann Barthès, al igual que tras el micro de Laurent Gerra, la cantante ha sido blanco de mofas. En cuarenta y dos años de carrera, ha cruzado el Atlántico decenas de veces para hacer promoción de sus discos, asistir a la Fashion Week e ir de compras con Nicole Coullier. Sólo ha venido siete veces para dar conciertos. La verdad es que no es mucho.
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