En 2005, Celine grabó esta canción, que habría sido el tema de las Olimpiadas de 2012 si la ciudad seleccionada para la celebración de los juegos olímpicos hubiese sido París.


A pesar de tratarse de una de las grabaciones menos populares del repertorio de Celine, ya que no figura en ninguno de sus álbumes, carece de videoclip y nunca ha sido interpretada en directo, es un tema con un cierto potencial para haber sido un single (probablemente lo hubiese sido si París hubiese sido la ciudad elegida para los juegos de este año).