Entrevista a Céline Dion en 'Le Parisien'

junio 07, 2019

Céline Dion: ¡Ahora mando yo!

El 8 de junio, Céline Dion se despedirá del escenario del Caesar's Palace, en Las Vegas. Su carrera, René, sus proyectos, sus hijos... La estrella de Quebec, que a sus 51 años se ha convertido en embajadora de L'Oréal París, se abre en exclusiva a Le Parisien.

Céline Dion no se pronuncia con frecuencia. Hace unas semanas nos concedió una entrevista en exclusiva, en su casa, en Las Vegas. Aquí, en el desierto de Nevada, la artista se instaló hace dieciséis años para conciliar su vida familiar con la profesional. Fiel a su imagen, nos recibe en una suit de hotel con la gentileza y la amabilidad que la caracterizan. El ambiente es relajado, Céline Dion, vestida con un traje de pantalón a rayas que acentúa su perfecta silueta, nos invita a sentarnos y se entrega sin pudor al juego de pregunta-respuesta.

El 8 de junio te despides del escenario del Caesar's Palace de Las Vegas ¿Qué te llevas de esta experiencia que empezó en marzo de 2003?

Muchos recuerdos a lo largo de dieciséis años. Cuando empecé mi residencia en Las Vegas, toda la industria de la música pensaba que mi carrera estaba acabada, que moriría aquí y que el Titanic se hundiría de nuevo (se ríe). La noche del estreno fue imposible encontrar mis zapatos, así que salí al escenario descalza y le pregunté al público si alguien calzaba un 41 para prestármelos. Unos meses después falleció mi padre. A pesar de todo, insistí en dar el concierto aquella noche para rendirle homenaje. Mi padre era y será siempre mi mayor fan, era el único que me aplaudía en cada canción. Después perdí a mi marido. Estaba muy orgulloso de mí. Era un gran jugador, le encantaba correr riesgos. Es una suerte que tuviera ese temperamento, porque nadie más se habría atrevido a apostar por una niña de 12 años. Pero, sobre todo, he vivido muchos momentos felices durante todos estos años en Las Vegas, con mis hijos, mis amigos, mi equipo. Actualmente me siento fuerte y madura.

Actualmente te implicas más en las decisiones relacionadas con tu carrera, ¿te apetecía afirmarte?

¡Ahora mando yo! (risas) Todo el mundo piensa que me he transformado. En realidad, ahora me atrevo a decir que no. Me afirmo como mujer y como artista. Recibo muchas ofertas, y no lo digo pretenciosamente, pero me tomo mi tiempo para reflexionar, para elegir. Tal vez esa sea la razón por la que me siento aún más libre, más fuerte. Ya no tengo nada que demostrar, al contrario que cuando estaba empezando.

El pasado mes de octubre lanzaste una línea de ropa unisex para niños ¿Qué mensaje quisiste transmitir?

Me habían propuesto en muchas ocasiones crear colecciones para niños, pero ningún proyecto funcionó, siempre faltaba algo. No quería simplemente crear colecciones de ropa, sino además transmitir un mensaje. Mi línea Célinununu es una forma de acabar con los estereotipos, como que las niñas vayan de rosa y los niños de azul. Debemos dejar de etiquetar a las personas. Todos hemos oído eso de "¡sé un hombre!", "¡un hombre de verdad no llora!" ¡Ya basta!

¿Cómo es tu relación con tus hijos?

Les compré muñecas porque me las pedían. Después pasaron varios meses entrenando a boxeo disfrazados de Hulk. Antes de eso, les encantaba probarse mis tacones, cuando aún llevaban pañales. No pretendo decir a los padres cómo criar a sus hijos, sólo les invito a que los dejen volar con sus propias alas sin dejar de guiarles. Es importante que se expresen desde muy jóvenes. Sigue habiendo muchos casos de jóvenes homosexuales que se suicidan por miedo a que su entorno no los acepte ¡Esto tiene que parar!

En la última Semana de la Moda de París te vimos lucir trajes grandes diseñadores ¿Qué significa para ti la moda?

La moda me ha acompañado en cada instante de mi vida. En momentos de felicidad, de duelo, de conciertos, rodeada de amigos, de familia... Aprecio y respeto el trabajo de los creadores, especialmente en alta costura, donde muchísimas personas trabajan a la sombra. En cierto modo, interpreto un personaje diferente con cada estilismo ¡Me encanta la moda! Podría cambiarme sin parar.

Es imposible gustar a todo el mundo, a algunos les gustará más y a otros menos. Cuando tenía 19 años, la opinión de la gente era importante para mí. Ahora, con 51 años, me da igual, me pongo lo que me gusta, lo que me apetece.

Después de Las Vegas empiezas una gira mundial y estás a punto de sacar un nuevo disco ¿Nunca descansas?

La pérdida de mi marido, su enfermedad y su sufrimiento fueron extremadamente difíciles para mí. Aprendí a amarlo como si fuera el último día. Sabía que debería dejarle ir en paz, y no mantenerlo egoístamente aquí un poco más. Hoy en día sigue vivo a través de mis hijos y eso me da muchísima fuerza. Me ayuda a seguir adelante y a volver a subirme al escenario. Trabajo cada vez más y he descubierto nuevas pasiones, como el baile, especialmente el ballet. Tomo clases cuatro veces por semana, después de mi concierto, entre bastidores. Me apasiona mucho y no puedo parar.

Siempre has demostrado un gran nivel de disciplina, ¿es importante para ti?

En mi carrera siempre he hecho las cosas con mucha disciplina, pero sin tomármelas demasiado en serio. Los últimos meses antes de la muerte de René fueron muy complicados, hoy me apetece pasarlo bien y disfrutar cada instante.

Los años pasan... ¿te asusta envejecer?

Hoy me siento tan bien que por nada del mundo querría volver atrás, a mis 20 ó 30 años, cuando aún estaba buscándome a mí misma. Durante estos dos últimos años me he convertido en una persona muy fuerte. Por fin me acepto y estoy convencida de que lo mejor está por llegar.

¿Dónde te imaginas dentro de diez años?

Rodeada de mis hijos. En diez años, René-Charles tendrá 28 y los gemelos Eddy y Nelson, 18. Les deseo lo mejor y que tengan buena salud. Espero que me digan: "Mamá, has hecho un gran trabajo y eres la mejor madre del mundo." Ser mamá es el trabajo más importante de toda mi vida.