Los "Celinólogos" hacen memoria
marzo 25, 2018
Desde los años ochenta hasta el cambio de milenio, Alain Brunet fue el reportero vinculado a la imparable ascensión de Céline Dion y de su inseparable manager hasta lo más alto de la cultura pop mundial. Alain de Repentigny tomó su relevo desde la etapa de Las Vegas. Hoy comparten con nosotros algunos recuerdos de esta trayectoria única.
LA ASCENSIÓN DE UNA ESTRELLA
Alain Brunet
LA PRESSE
CÉLINE ECHA A VOLAR
Mediados de los años 80. Celine Dion y René Angélil se presentan en el plató del programa de televisión Bon dimanche, emitido en TVA y presentado por Reine Malo y donde yo trabajaba como redactor musical. La estrella de Quebec desde 1981 completaba entonces su mutación de preadolescente a mujer joven. Durante varios meses, su manager la mantuvo lejos de la circulación para prepararla para una nueva vida y así proceder a una extinción de la... Voix du Bon Dieu.
La noté un tanto incómoda frente a mí, un periodista cultural más inclinado hacia el post-punk y el rock alternativo y... obviamente poco interesado en el pop de las radios locales, y aún menos por la kid star, por muy buena que fuese su imagen. Pero René sabe maniobrar muy bien en este contexto; es cautivador, convincente, seguro de sus recursos y de los de su artista.
Así comenzó una larga relación profesional. Contra toda expectativa, me convierto en el testigo privilegiado de esta ascensión fulgurante hasta la cumbre de la cultura pop angloamericana.
En esta misma época, Céline Dion había pasado una semana entera en el programa L'orille musclée (en la radio de la SRC), presentado por Chantal Jolis y donde yo también trabajaba. La escritora y periodista de Quebec Mia Dumont, una mujer brillante y esposa de Eddy Marnay (gran letrista francés que entonces era colaborador habitual de Céline), nos enseñó mucho sobre la imagen de la cantante y la solidez de su entorno.
CÉLINE PASA A LAS GRANDES LIGAS
En 1986, Céline Dion firma un contrato con la prestigiosa CBS, poco después comprada por Sony. Supo convencer a los altos ejecutivos de la potente empresa discográfica, notablemente gracias a la estrategia de seducción orquestada por su manager, un hombre muy inteligente, muy ingenioso, caracterizado por un instinto excepcional.
Evidentemente, René Angélil supo cautivar a la multinacional y preparar a su artista para ofrecer las actuaciones determinantes a sus directivos. La relación establecida con los profesionales de Sony (especialmente Vito Luprano y Mario Lefebvre, además de Francine Chaloult), dio lugar a los mejores lazos, los que perduran en el tiempo.
En 1987, Céline Dion lanza Incognito, un álbum francófono producido y distribuido por la multinacional, mucho más pop que todos sus discos anteriores. Adiós a las canciones de aquella niña, destinadas al mercado adulto contemporáneo, Céline se había entregado por completo al pop.
En 1990, La Presse me da carta blanca para seguir a Céline Dion permanentemente y para estar entre su entorno más próximo en esa carrera alucinante.
Curiosamente, René Angélil decidió dar exclusividad a La Presse durante toda la década de los 90: el celinólogo de La Presse tenía exclusividad en la gran mayoría de casos.
¿Pero por qué? Interesado en dar credibilidad a su cantante ante los medios de referencia, René Angélil estableció una relación de confianza. Con La Presse siempre se comportó como un auténtico caballero, muy generoso, más allá de su obsesión por hacer triunfar a Céline por todo el planeta.
A pesar de nuestras profundas diferencias culturales, René adoraba hablar de música e iniciarse en mundos musicales que le resultaban extraños. Además, compartíamos una pasión por la industria mundial de la música. Siempre conocía todos los últimos detalles relacionados con ese music business, sus juegos de poder, sus gestores decisivos, sus mejores productores, sus agentes más influyentes, su dinámica de organización.
Por su parte, Céline cobraba cada vez más protagonismo en los proyectos.
Por supuesto, seguía rigurosamente los consejos y parámetros para las entrevistas que le daba Angélil pero, con el paso del tiempo, evolucionó cada vez con más libertad hasta que la espontaneidad comenzó a abrirse paso.
Su primer álbum en inglés fue Unison. El disco se lanzó en 1990 en el Canadá inglés y se convirtió en un megaéxito. Pero su primer gran éxito internacional llegó dos años más tarde con un álbum titulado Celine Dion, del que ha vendido más de 5 millones de ejemplares. Love Can Move Mountains, If You Asked Me To, Beauty and the Beast... Celine alcanzó la gloria mundial.
A Céline le encantaba hablar de música, familia, actualidad, vida cotidiana, simple y francamente como todas las mujeres de su edad. Sin embargo, siempre ha vivido rodeada de personas más mayores que ella, algo que se reflejaba en su expresión artística y sus ámbitos de interés. De hecho, nunca ha estado precisamente en la onda de su generación, sino que siempre ha vivido en un ambiente cultural específico, lo que explica su conquista de un público multigeneracional.
A Céline le encantaba hablar de música, familia, actualidad, vida cotidiana, simple y francamente como todas las mujeres de su edad. Sin embargo, siempre ha vivido rodeada de personas más mayores que ella, algo que se reflejaba en su expresión artística y sus ámbitos de interés. De hecho, nunca ha estado precisamente en la onda de su generación, sino que siempre ha vivido en un ambiente cultural específico, lo que explica su conquista de un público multigeneracional.
CÉLINE LOVES RENÉ
Recordamos que la relación amorosa entre Céline y René se mantuvo en secreto hasta que... en 1993, una declaración de la cantante a su manager en el libreto del álbum The Colour Of My Love enciende la mecha. Una simple llamada telefónica de La Presse a su hotel neoyorkino basta: al otro lado del teléfono, Céline lo consulta con René y ¡bam! Al día siguiente, el secreto se hace público...
El 17 de dicembre de 1994, Céline y René se casan en la basílica de Notre-Dame en Montreal, obteniendo así el "visto bueno de Dios" y legitimando los lazos sagrados de su unión.
El 17 de dicembre de 1994, Céline y René se casan en la basílica de Notre-Dame en Montreal, obteniendo así el "visto bueno de Dios" y legitimando los lazos sagrados de su unión.
Esta boda religiosa, transmitida por los medios de Quebec como si se tratara de una gran ceremonia monárquica del Reino Unido, irradiaba realeza por los cuatro costados. En una entrevista a la entrada de la iglesia, Luc Plamondon lo dijo claramente: "Si necesitásemos una princesa en Quebec, preferiría a Céline antes que a Lady Di o que Carolina de Mónaco", me decía él.
La recepción continuó en un gran hotel de Montreal en un ambiente de lo más festivo, ¡de eso no cabe duda!
La recepción continuó en un gran hotel de Montreal en un ambiente de lo más festivo, ¡de eso no cabe duda!
CÉLINE, SUPERESTRELLA MUNDIAL
Además de cubrir innumerables eventos locales, hago reportajes para La Presse en el extranjero durante los años siguientes: Washington, Nueva York, Boston... Vivimos juntos esta aventura surrealista en contacto permanente con René Angélil.
A principios de 1993, cogemos el mismo avión que la cantante para la capital americana: Céline va a cantar en una celebración oficial antes de la ceremonia de investidura de Bill Clinton. El nuevo presidente de Estados Unidos y su mujer Hillary disfrutaron de su voz, al igual que Al y Tipper Gore, vicepresidentes.
Sobre el escenario frente al público, en los platós de televisión, en la radio o en el estudio, la cantante tenía el rigor de los grandes atletas: concentrada, perfeccionista, totalmente centrada en sus actuaciones. Por su parte, Angélil no podía controlar su admiración. Un día, en el plató de Good Morning America en Nueva York, Céline cantaba uno de sus megaéxitos.
El marido y representante exclamó de repente: "¡Dios mío, cómo canta! Jamás había pensado que cumpliría con ella mis mayores sueños."
Durante una estadía en América en invierno de 1995, estábamos a bordo de una limusina. Celine me hablaba de su primera experiencia con Jean-Jacques Goldman, en la época del álbum D'eux. Confesó que un encuentro artístico así no volvería a producirse jamás. Así de mágica había sido su experiencia con el famoso músico y letrista francés.
Aunque el acceso a la cantante podría haber sido mucho más restringido para los medios de Montreal, nunca fue el caso. Recordamos que Kim Jakwerth, directora americana de relaciones con los medios en Sony USA, no parecía estar muy de acuerdo con todo el acceso que La Presse tenía a Céline, a pesar de estar avalados por René Angélil...
Lo mismo sucedió en el Caesar's Palace en abril de 1997. Antes de su instalación en Las Vegas, Céline solía recibirme siempre en su camerino. Bien entrada la noche, tras el concierto, René me invitó con varios periodistas de Quebec a degustar carnes chinas en una cena inolvidable.
Céline se convirtió entonces en una indiscutible reina del pop: cada uno de sus álbumes de estudio Falling Into You (1996) y Let's Talk About Love (1997) vendió más de 30 millones de ejemplares físicos.
La gira Let's Talk About Love comenzó en el Fleet Center de Boston a finales del verano de 1998 ¡El principio de la gira fue surrealista! Céline se presentó ante los medios después del concierto para compartir detalles de la gira con algunos representantes de los grandes canales americanos, intimidados por estar rodeados por una legión de periodistas llegados de todas las regiones de Quebec para encontrarse con su gran diva ¡No podía ser de otra forma!
En resumen, ningún artista de Quebec ha conseguido jamás un éxito similar. Fui testigo de ello hasta el mismo fin del milenio, cuando Céline Dion actuó en el Centre Bell antes de hacer una larga pausa. Las siguientes crónicas de la celinología pertenecen a otros autores, empezando por mi (retirado) colega Alain de Repentigny.
EN LA CUMBRE, PERO CON LOS PIES EN LA TIERRA
Alain de Repentigny
LA PRESSE
La saludé, rodeada por la familia Dion, en los bastidores del Teatro St-Denis en los años 80. Una década más tarde, le hice unas preguntas en rueda de prensa tras uno de sus conciertos en Canadá. Después, en 2007, estuve entre los periodistas de Quebec que viajaron hasta Las Vegas para una serie de breves entrevistas en cadena por el lanzamiento de su álbum D'elles.
Durante todos los años que trabajé como director del departamento de Arte y espectáculos de La Presse, nunca había tenido oportunidad de conocer realmente a Céline Dion. Sin embargo, coincidía frecuentemente con René Angélil desde el día en que contactó con La Presse para convencerme de hacer una portada de la sección de Arte con su joven artista, que estaba a punto de lanzar su primer álbum en inglés, Unison.
A mediados de los años 2000, las relaciones entre mi periódico y Angélil se habían consolidado considerablemente y aproveché una visita a Las Vegas para proponerle a Angélil un reportaje a fondo sobre Céline Dion. Aceptó y mi colega Marie-Christine Blais fue a Las Vegas para pasar unos días con Céline.
Cuando me pasé a la escritura en 2006, yo también quise observar de cerca a Céline Dion y acompañarla en su día a día.
El año siguiente, gracias a Angélil, tuve un acceso privilegiado a la cantante durante una gira promocional en Londres y en París.
La primera noche, en una limusina que la llevaba del plató de televisión de ITV a su hotel, contestó a mis preguntas con la espontaneidad que la caracteriza. Nuestros encuentros se repitieron a lo largo de la semana.
Unas semanas después, me recibió en el hotel de Nueva York donde estaba haciendo un maratón de entrevistas con periodistas llegados de todas partes de América del Norte.
Desde entonces, en persona (en Montreal, en Estados Unidos, en Europa o en Sudáfrica), y durante nuestras conversaciones telefónicas, Céline Dion siempre ha sido ella misma: vivaz, divertida, franca y abierta como muy pocas artistas de su nivel, que por lo general son altivas y distantes.
EL RETO DE MANTENERSE
Céline Dion se convirtió en una superestrella mundial de la canción en los años 90, pero en los años 2000 superó un reto igual de considerable: mantenerse en un mundo efímero.
Cuando regresó a Las Vegas en 2011, el gran directivo del Cesar's Palace, Gary Selesner, me lo dijo a su manera: "Hemos echado mucho de menos a Céline, de eso no hay duda. Sobre todo los visitantes internacionales que llegan a Las Vegas. Cher y Bette Midler, aunque son grandes artistas, no tienen el nivel internacional de Céline."
El estreno de ese segundo espectáculo permanente en el Colosseum se celebró tan sólo cinco meses después del nacimiento de los gemelos de Céline Dion, Nelson y Eddy. No fue más que el principio de un torbellino que cambió su vida. En 2014, la enfermedad obligó a René Angélil, el arquitecto de su carrera, a ceder la antorcha a Aldo Giampaolo. La cantante pasó un año al lado de su marido, que insistió en que regresara en agosto de 2015. Angélil murió en enero de 2016 y Giampaolo presentó su dimisión el año siguiente. No ha sido reemplazado.
Céline Dion ya no lanza álbumes con la misma frecuencia que hace 20 años. En total, desde 2007, ha grabado tres en francés y dos en inglés; un tercero, del que nos habla desde 2016, posiblemente verá la luz este año.
Sin embargo, la artista del escenario no ha cambiado. Además de su residencia en Las Vegas, en 2008 se embarcó en la gira Taking Chances, que comenzó en África del Sur con Nelson Mandela como invitado de honor y que visitó los cinco continentes.
Desde 2016, entre dos series de espectáculos en Las Vegas, dedica sus veranos a giras por Europa, Quebec y, este año, Asia y Oceanía.
RETOMAR EL CONTROL
Hace dos años en París, me dijo que antes no se implicaba mucho en la selección ni en el orden de las canciones de un espectáculo. "Porque confiaba en René, y creo que no se ha equivocado mucho, y nunca sentí que tuviera que decirle: "Oye, no puedes hacer eso." Era una confianza incondicional." La ausencia de su representante y marido, añadió ella, le dio la ocasión de "revelarse aún más como artista".
A pesar de su considerable éxito, Céline Dion siempre ha tenido los pies en la tierra. Una conversación con ella, por corta que sea, está en su mayoría caracterizada por espontaneidad y risas.
En otoño de 2013, en un hotel de Florida, Céline me habló sobre la grabación de la canción de Ella Fitzgerald You'll Have To Swing It (Mr. Paganini) con Herbie Hancock y su grupo. Una vez terminada la grabación, el gran pianista de jazz y sus músicos se pusieron a improvisar y Céline no dudó en seguirlos con la voz. Simplemente para disfrutar. El técnico de sonido tuvo la brillante idea de grabar esa improvisación que nunca ha sido comercializada.
"Para mí, el jazz es un mundo a parte: you live jazz, you play jazz", me dijo aquel día antes de añadir: "Soy un poco camaleónica y puedo adaptarme a muchos estilos musicales. Podría cantar country."
Sin embargo, Céline Dion fue la primera sorprendida cuando le propusieron cantar delante de las cámaras un extracto de la canción Tower of Song de Leonard Cohen. El vídeo se emitió el pasado 6 de noviembre en el Centre Bell, durante el concierto en homenaje al artista fallecido.
"Para mí fue un gran honor que pensaran en mí, me emocioné mucho" me confesó al teléfono el pasado mes de diciembre. "Hay ciertas cosas que te puedes esperar, cosas naturales que dices ¡Eso seguro que se lo piden a Céline" Pero aquello no lo vi venir y me encantó."
Artículo original en francés AQUÍ.
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